Era una historia llamativa que concitó mucho interés, pero al final resultó ser una campaña viral. La noticia de la joven holandesa que se tatuó en el brazo las fotos de sus 152 amigos de Facebook no era más que un truco publicitario. Dehvyathe Xaviera Moelker, la tatuadora responsable de hacer el trabajo, confesó que el supuesto tatuaje, que fue llamado el ‘tatuaje social’, no era tal y en realidad estaba hecho de calcomanías que en dos días desaparecen y que pueden retirarse fácilmente con agua y jabón.